lunes, 16 de diciembre de 2013

Crónica de "The Croods"


Me gustan las historias sobre la prehistoria. Aunque sean de animación o dibujos animados. Aquellos antepasados nuestros, aunque en condiciones durísimas, conocieron un planeta virgen. Arremolinados en cuevas, con una precaria tecnología, dieron nuestros primeros pasos.

'The Croods', es una creación de los estudios Dreamworks. Grug, es el padre una tosca, asustada y famélica familia de cromañones. Los movimientos sísmicos de Pangea, les obligan a abandonar su dormitorio y adentrarse en un mundo inhóspito, inaccesible, pero lleno de esperanza y color. Conocen a un simpático nómada, del que se enamora la hija mayor, lleno de estrategias para sobrevivir, y el mandato del líder del clan, empieza a ser cuestionado. Una aventura cómica, llena de piruetas geniales.

La racha de este tipo de producciones parece no tener fin. Conectan con la mente infantil y también con el niño que los adultos llevamos dentro. La crueldad del yerno con la suegra, la voracidad de la hermana menor, la bobaliconería del primogénito, son lugares reconocibles, como digo, para los más mayores.

'The Croods' habla también del miedo patológico a los cambios importantes. Un mundo se derrumba para nacer otro cada segundo, en la historia del planeta azul. Y debemos ser valientes. Y comprensivos. El clan, la familia, ha sido y es, desde tiempos pretéritos, el principal activo para el desarrollo de los individuos. Cada clan tiene sus códigos y es difícil acceder a ellos desde fuera. Abrirse al mundo, es también abrirse a los demás. Si juzgamos a las personas por el comportamiento de sus familiares, perdemos, a veces, una gran oportunidad. De eso y más, habla esta singular, brillante y divertida odisea.
Jorge Arellano

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